
María es la novia más divertida que he conocido. Y no es porque haya tenido una vida fácil. Es de esas personas fuertes que sacan lo mejor ante las adversidades.
Para ella la elección de quién haría las fotos de su boda era muy importante, ya que su padre, recientemente fallecido, era fotógrafo. De hecho una de las cosas más bonitas que he visto para recordar a alguien fue esta vez, donde María sustituyó el típico ramo de novia por una de las cámaras analógicas de su padre. Un bonito homenaje que hizo que estuviera presente a la hora de llevarla hacia el altar.
Cada vez más me gustan las segundas nupcias. Son tan auténticas! la gente se divierte tanto y los novios son muy espontáneos. Ya aprendieron de los “errores” de la primera vez, y en éstas, sólo quieren pasárselo bien. He aquí una muestra






